Que hermosos recuerdos cuando una se trae a la boca la palabra rosquitos...que manos tiene mi madre, deliciosos, buenísimos, exquisitos, un manjar, y bueno porqué no probar a hacerlos, así que hoy os traigo, los rosquitos.
Huevos (3), azúcar (3/4 de vaso), levadura (1 cucharada grande), aceite (lo necesario), harina (3/4 de vaso x 4), limón (2) y vainilla (2 dcL). Rápido, sencillo y al grano!
Batimos, con dos tenedores bien asidos, la clara del huevo hasta que esté a punto de nieve, es decir, hasta que dándole la vuelta al plato, el contenido no se nos cae. Entonces le añadimos sin dejar de mover el azúcar, la ralladura del limón, la yema de los huevos batida y la vainilla.
Vamos añadiendo poco a poco la harina, hasta que la masa empieza a espesarse.
Seguimos añadiendo harina, hasta como dice la receta una parte de azúcar por cada 4 de harina, ....no falso....como dice mi madre..."la que admita", y ¿cómo sabemos la que admite? sencillo, cuando ya no se nos pegue la masa las manos...porque llegará el momento en que no podamos moverla con los tenedores y tengamos que meter las pezuñas (la mejor parte).
Una vez preparada la masa la dejamos reposar un rato, mientras os recomiendo que freguéis, que la acumulación de cacharros sucios empieza a ser preocupante. Una vez pasa un ratito, nos ponemos a hacer los rosquitos, pellizco y redondel, o infinito, o rosco de churro, o lazo...lo que la imaginación os de. Recordad que el aceite debe estar caliente, peor no demasiado que si no, los quemáis por fuera y no se hacen por dentro. Para los que tengan cocina eléctrica, a un poco menos de 2/3 del máximo, es genial.
¡¡¡Y listo!!! ponemos en recipientes adecuados y esperamos a que se enfríen, y para mañana ya tenemos un desayuno casero, esperándonos. ¡A disfrutar!
Que buenos!