Todo empieza con la toma de ingredientes (es decir, en tu casa los coges de la nevera, aquí vas al supermercado):
1. Lentejas, por supuesto
2. 2 tomates
3. 1 cebolla
4. 1 pimiento
5. 2 ajos
6. Aceite
7. Patatas
8. Chorizo
9. Laurel
Tras tener los susodichos, pasamos a su pelamiento y cortado con cuchillo y, al lavado. Al ser posible no cojáis el cuchillo de matar elefantes, como yo hice. Ponemos aceite en la olla, y refreímos hasta pochar un poco los tomates, los ajos, el pimiento y la cebolla. Cuando estén pochos echamos el laurel y el chorizo...¡sin miedo! ¡qué el chorzo engorda pero no mata! Le damos un par de vueltas y echamos agua hasta cubrir
Cuando veamos que el agua empieza a hervir, le añadimos las lentejas y las patatas cortadas en trozos grandecitos. Éstos elementos han sido previamente lavados en agua. Entonces añadimos un poco más de agua y ponemos el fuego medio-alto. Tapamos, y dejamos media hora, añadiendo agua de vez en cuando para que no se peguen.
5 minutos antes de acabar, añadimos la sal, y removemos. Por supuetso nos hacemos la foto de rigor, para demostrar que estuvimos allí, viviéndolo en directo.
¡Nunca olvidar la presentación! como el momento pre-climax de la cocina. Con su hojita de laurel.
Tras esto decir, ¡que estaban buenísimas!
Tras esto decir, ¡que estaban buenísimas!
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